Sembrando Ecoesperanza: Un acto de amor radical por la vida

Escrita por Santiago Flores Medina y Mayra Stefanía Gómez Gónzalez*

La memoria es un acto vivo de reivindicación que nos exige mirar al pasado para construir un futuro con presente. Implica llevar a cabo un proceso de revalorización, de reimaginación y de reinvención, en medio de un clima político cada vez más hostil con quienes se resisten a levantarse en armas en contra de la naturaleza. En un mundo permeado por necesidades insatisfechas y por sistemas de opresión que las reproducen, enemistarse con la naturaleza se convirtió en la nueva norma. En una falsa promesa de desarrollo que legitima y sostiene una cultura basada en beneficios efímeros y costos permanentes. Una y otra vez los hechos nos demuestran que estas necesidades se extienden y evolucionan, mientras nos desentendemos de los valores universales que han sostenido la vida desde tiempos ancestrales. Valores que nuestros defensores y defensoras habitan en la cotidianeidad desde sus cuerpos, a menudo pagando un alto precio en beneficio de todas y todos nosotros.

Frente a una crisis climática sin precedentes, la reconciliación con la naturaleza es la única manera de mantenernos vivos. Es el acto de dignificar la lucha territorial que ha sido violentada, reprimida y criminalizada. Es el gesto de devolverle a las niñas, niños y adolescentes la certeza de que sus risas podrán seguir sonando entre ríos limpios y bajo cielos despejados. Y es, también, la reconciliación con nosotros mismos y con quienes vendrán después, porque salvarnos a nosotros implica salvarnos a todas y todos.

En este horizonte emerge la Ecoesperanza: un concepto acuñado por el activista Colombiano por la justicia climática, Francisco Vera Manzanares, que se erige como la única solución capaz de sostener la vida en el planeta. La Ecoesperanza es un acto de resistencia que germina desde la niñez y la juventud, quienes se reconocen a sí mismos como sujetos políticos al servicio de la vida. Es en su valentía que encuentran un llamado a transformar la incertidumbre en acción, la indignación en siembra, y la urgencia en compromiso. Allí donde la crisis climática amenaza con fracturar los cimientos de lo humano, la Ecoesperanza brota como raíz que se aferra a la tierra y a la posibilidad de futuro.

La presente declaratoria comprende una serie de compromisos estudiantiles, asumidos desde la certeza de que no hay transformación sin acción colectiva. Estos compromisos nacen del diálogo intergeneracional y de la convicción de que la juventud no puede seguir siendo espectadora de un guión escrito por terceros ajenos a su realidad. Nos convocamos a trascender los gestos simbólicos, a construir capacidades, a fortalecer la gobernanza horizontal y a ejercer la corresponsabilidad en la conservación del medio ambiente y de los territorios que nos sostienen.

Nuestra siembra de Ecoesperanza nos invita a una transición justa, que no deje a nadie atrás y que reconozca la diversidad de impactos que la crisis climática impone según el género, la etnia y la

clase. Asumimos, también, la defensa del territorio como un acto de memoria y de dignidad. Reconocemos, además, que las pérdidas y daños —tanto las cuantificables como las no económicas— son heridas que atraviesan comunidades enteras. Por último, hacemos un llamado a reivindicar los derechos de la niñez como el corazón de la acción climática: no se trata de hablar en su nombre, sino de abrir los espacios para que sean ellas y ellos quienes decidan sobre el futuro que habitarán.

«Sembrando Ecoesperanza» es más que una declaratoria. Es un acto de amor radical por la vida. Es reconocer que la memoria nos guía, la justicia nos reclama y la naturaleza nos juzga con el precio de nuestras propias decisiones. Es asumir que, si sembramos hoy, mañana podremos cosechar un futuro fértil, donde ninguna generación quede despojada de su derecho a habitar la tierra.

*Sobre los autores:

Mayra Stefanía Gómez González es una activista por la justicia climática de México. Fue Embajadora de la Ciudad de México en la Red Juvenil por la Agenda 2030 y participó en el programa “Operación COP 2024” de la Cancillería Mexicana. Ha representado a México en diversos foros multilaterales, como el Foro de la Juventud del ECOSOC en las Naciones Unidas. Es fundadora de Climática, un movimiento que impulsa la educación ambiental en América Latina. Actualmente cursa la Licenciatura de Relaciones Internacionales en el Tecnológico de Monterrey.

Santiago Flores Medina es un activista por la justicia climática de México. Fungió como Asesor Climático de México ante la Red Internacional de los Derechos del Niño, publicando sobre el derecho de la niñez a un medioambiente sano, limpio y sostenible. En 2022 representó a la juventud de México en la COP 27 y en 2023 en el Foro Político de Alto Nivel sobre Desarrollo Sostenible. Actualmente cursa la doble Licenciatura de Derecho y Relaciones Internacionales en el Tecnológico de Monterrey.

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